↓ ESCUCHA EL AUDIOTOUR GUIADO ↓
Después de la Segunda Guerra Mundial, los fabricantes de televisores lanzaron una intensa campaña de marketing.
La campaña tuvo éxito por dos razones: la creciente disponibilidad de transmisiones gratuitas respaldadas por anunciantes y la imagen que los fabricantes promovían del televisor como un electrodoméstico confiable y de fácil manejo que mejoraría la vida familiar y social.
Los televisores también tuvieron una presencia pública notable, en este período: en bares, hoteles, tiendas e incluso en lugares al aire libre.
En un principio, la programación imitó los formatos establecidos para la radio, el teatro y el vodevil; pero gradualmente los programas empezaron a encontrar una forma específica para el nuevo medio.